PUDO HABER SIDO PEOR.

No lo fue, es cierto, pero eso no debe llevarlo al olvido rápidamente, como suele pasar en nuestro automovilismo. Es que un simple toque de carrera de Julián Santero a Matías Muñoz Marchesi en la última vuelta de la final de la Clase 3 del TN en el Rosendo Hernández terminó con un espectacular vuelco del Chevrolet Cruze del chaqueño.

Mirá el tremendo golpe:

 

Gracias a la buena seguridad del auto, el chaqueño terminó ileso y, aunque fue trasladado a un hospital, fsólo le realizaron estudios de rutina, por lo que luego de un par de hora fue dado de alta. «Estoy bien, sin ningún dolor. Me hicieron estudios de control por el fuerte golpe», contó Matías.

«Fue un toque que se me hizo díficil de evitar. Salimos los dos muy lentos de la primera curva plana porque intento una tijera y él sale por la cuerda, ahí había mucha diferencia de velocidad y en cuanto quise esquivarlo él va hacia el mismo lugar que yo y lo termino enganchando. Fue tarde cuando levanté y ya se había ido hacia afuera», explicó Santero a los colegas de TC La Revista, preocupado en el momento por el estado de su colega.

Lo cierto es que los desniveles existentes en el autódromo fueron, más allá del toque, los que potenciaron la gravedad del accidente al provocar que el auto diese varios saltos que, en combinación con la velocidad con la que venía Muñoz Marchesi, derivaran en el vuelco. Un tema para prestar atención y que deja en evidencia que la seguridad sigue siendo una materia pendiente en nuestro automovilismo.

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Por Cristian Re.

Fotos: prensa Muñoz Parchesi.

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