CON TODO A FAVOR.

Los grandes campeones no dejan pasar sus oportunidades. Pocos dudan, que más tarde o más temprano, Max Verstappen se convertirá en un gran campeón de Fórmula 1. Como tal no podía, ni dejó pasar esa oportunidad que se le presentó en el Gran Premio de Mónaco. El día del que te vas a acordar, cuando finalmente un semieje de transmisión izquierdo, no dejó largar al hombre de la casa y poleman Charles Leclerc en su temible Ferrari. “Esta falla no tuvo nada que ver con el choque de la clasificación, ya que la caja (el gran temor) fue revisada dos veces y no mostró problemas”. Aclaró Mattia Binotto, director deportivo de Ferrari, sobre ese definitivo contratiempo que Leclerc sintió rumbo a la grilla. “No puede ser, no puede ser”, fueron las palabras que resumieron la nueva frustración de Leclerc en la tierra que lo vio nacer, y donde nunca terminór los tres Grandes Premios en los que participó.

Un decepcionado Charles Leclerc se quedó sin correr cuando su Ferrari tuvo un problema en el semieje izquierdo camino a la grilla. «Estoy triste y con bronca», confesó.

Así a menos de 24 horas de su bronca sabatina por esa bandera roja agitada por el choque de Leclerc, que según dijo le impidió pelear la pole, Verstappen encontró la reivindicación. Es cierto, la carrera se quedó sin un gran protagonista y la gente que pudo asistir, se quedó con las ganas de ver el duelo Leclerc-Verstappen. Ese mano a mano que el siempre exigente Helmut Marko, asesor deportivo de Red Bull, intentó desactivar recordando a Max que su verdadero rival en el campeonato es Hamilton. La situación dejó al holandés al frente de la grilla, en un circuito donde sabés, los sobrepasos resultan casi imposibles. Encima un errático Lewis Hamilton largó desde el sexto lugar. Mejor oportunidad imposible para que Max lograse su primer triunfo en Mónaco y recalentase la lucha por el campeonato.

Verstappen arranca su camino al 12do triunfo en el Mundial de F-1. Dominó sin problemas hasta la bandera de a cuadros agitada con actitud tenística por la tenista Serena Williams

“Hay que hablar en la pista y eso me gusta”, declaró Verstappen tras cumplir con precisión el trámite veloz que fue la victoria en una carrera tremendamente lineal, donde no hubo sobrepasos en pista (salvo a rezagados), y las variantes se produjeron por abandonos o en detenciones para el cambio de neumáticos. Una característica que no sorprendió en Mónaco, en estos tiempos de autos grandes y anchos, que sin embargo no quita el atractivo del Gran Premio en el principado, básicamente por el marco que lo rodea y su tradición. Por eso no puede faltar en el calendario.

Por primera vez Verstappen subió a un podio en Mónaco y nada menos que como ganador. Junto al Príncipe Alberto lo acompañan sus escoltas Sainz y Norris,, también debutantes en el podio monegasco.

En esas detenciones en boxes, Red Bull potenció su cosecha y como contrapartida Mercedes Benz perdió casi todo. Cuesta imaginar en un equipo del nivel del alemán esa falla que impidió extraer la rueda delantera derecha del Mercedes Benz de Valtteri Bottas y que determinó su abandono, cuando era un tibio escolta de Verstappen. También la gente que dirige Toto Wolff  pifió feo al llamar anticipadamente a boxes a Hamilton, al tiempo que Checo Pérez siguió en pista durante otras cinco vueltas. Allí marcó una diferencia que al volver le permitió trepar del séptimo al cuarto puesto, relegando a Pierre Gasly, un destacado Sebastian Vettel y al propio Hamilton. «Perdimos tres lugares y muchos puntos por el pobre desempeño del equipo», disparó sin anestesia Lewis al recordar la situación.

Pérez intentó ir por el último escalón del podio, pero Lando Norris lo controló y desde boxes Red Bull, su equipo, lo convenció de no arriesgar; esos puntos le aseguraban al equipo austriaco convertirse en el nuevo líder (149 a 148) en la Copa de Constructores, ante la pobre cosecha de Mercedes Benz. Tampoco fue más allá de lo indicado Carlos Sainz, lejano escolta de Verstappen. El español se dio por ampliamente satisfecho con subir al primer podio con el buzo de Ferrari. Le vino justo para confirmar sus progresos.

Los mecánicos de Mercedes tratan infructuosamente de extraer la rueda delantera derecha del auto de Bottas. Una imagen, patética del mal fin de semana de equipo alemán que también complicó a Hamilton ante la desacertada estrategia
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“Me llamaron para ganar posiciones y perdí dos puestos”, fue la airada recriminación de Lewis al equipo. No resultó la única de un fin de semana cargado de tensiones.  Se notó cuando el campeón renovó la visita a boxes para calzar gomas bandas, e ir en busca del puntito del récord de vuelta como un pequeño consuelo. Lo consiguió andando al límite al punto de merecer ese giro veloz el calificativo de “vuelta de la bronca”. Esa bronca que, sin dudas Lewis habrá sentido al perder por primera vez en el año su lugar de líder del campeonato, al situarse cuatro puntos por debajo (105 a 101) del holandés. Ese lugar de líder que Verstappen alcanzó simplemente no dejando pasar una gran oportunidad. Como hacen los grandes campeones.

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1 COMENTARIO

  1. Cuesta creer que lo de Leclerc no tuvo relacion con el palo del sabado. Pareciera que se la jugaron a todo o nada, ya que no estan peleando el campeonato y para el podio al menos ya tenian a Sainz.
    Pobre actitud la de Hamilton hablando mal del equipo que le dio siempre un auto demoledor. Mas que todo cuando ayer Bottas lo supero facil en la clasificación, o sea que el auto de alguna forma anduvo. Parece esto mas un pase de factura por la rebaja en su contrato que otra cosa.
    Impecable Verstappen como dice la nota, me parece que este es su año.
    Saludos.

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