NO ES CIERTO ESO DE QUE TODO LO QUE OCURRE EN LAS VEGAS QUEDA EN…

Si tenés menos de 50, podés seguir de largo. No estás afectado por un ataque de nostalgia, tu piel fierrera no sufre, como la de los veteranos, esa herida todavía abierta que se originò en un pasado ya lejano en –precisamente- Las Vegas.

El Grand Prix de este fin de semana es toda una apuesta de Liberty Media, que arriesgó más de 500 millones de dólares en un auténtico albur: por primera vez en su historia será el promotor de un GP de F1 y, si sale bien, eso podría cambiar por completo el modelo de negocios de la categoría y, por consiguiente, el calendario futuro.

Si no tenés más de 50, vas a poder ver el GP sin que esa nostalgia te ataque. Acaso sabés de Carlos Alberto Reutemann, seguro aprendiste un poco más un par de años atrás, cuando las necrológicas repasaron su campaña y se detuvieron, de paso, en aquella frustrada tarde del 17 de octubre de 1981. Lo de esta semana no tendrá nada que ver con aquello. Pero andá a convencer de ello a quienes tienen más de 50 años…

 

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La comparación de los escenarios parece demostrar eso, que no habrá parangón entre aquel GP inaugural de 1981 y esta MegaFórmula1 actual.

Aquel circuito de 1981 no llegaba a los 4 kilómetros de extensión y su trazado se retorcía sobre el asfalto del parking del hotel Caesar’s Palace. Muy distinto a esta cinta de velocidad plena de más de 6 kilómetros, que efectivamente hollará el piso del Las Vegas Boulevard –más conocido como el Strip-, algo que Bernie Ecclestone siempre quiso alcanzar y nunca pudo.

Quizás porque nunca quiso hacerlo con la suya, como se animó Liberty.

En esa pista polvorienta, Reutemann perdió su chance de ser campeón mundial de Fórmula 1. Las causas siguen siendo motivo de debate, aunque parece claro hoy que no hubo sabotaje, como muchos hinchas argumentaron, sino una combinación perfecta de descuido y arrogancia británica (En alguna otra oportunidad podremos volver sobre el punto).

 

 

Cuatro décadas después, Liberty Media quiere hacer de su Grand Prix de las Vegas el evento superior del año, el primero de diez previstos, un acontecimiento dónde la carrera quizás no importe tanto como el magnetismo que pueda generar, dónde los fieles seguidores no importen tanto como las nuevas audiencias, dónde la competencia importe menos que el espectáculo.

Pero así es la F-1 moderna. Y no es cierto que no se juegue nada en esta carrera. Sergio Checo Pérez podría asegurarse el subcampeonato si consolida una ventaja de 25 puntos sobre Lewis Hamilton, o de 26 si el inglés resulta vencedor.

 

 

No parece tan difícil: actualmente le lleva 32, con lo que le basta con terminar el GP delante del piloto británico. Pero tratándose de Checo… Lo interesante es que, 42 años después, otro latinoamericano podría abandonar Las Vegas como subcampeón mundial. El primer caso todavía sigue lacerando la piel de los veteranos fierreros argentinos; este segundo, en cambio, permitirá que los hinchas mexicanos sientan cierto alivio.

 

 

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