YA TE HABÍAMOS CONTADO EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA: FRANCO COLAPINTO NO ES EL PRIMER ARGENTINO QUE CORRE UN MONOPOSTO ALPINE

La historia la arrancó Carlos Alberto Pairetti a comienzos de 1966, cuando la Fórmula 3 vino desde Europa a disputar cuatro carreras a la Argentina. El arrecifeño integró el equipo Alpine, que habìa ganado el campeonato de Francia de la especialidad en 1965 con un piloto de estilo muy parecido al del argentino, desbordante, sin especulación y con pie de plomo.

Se llamaba Mauro Bianchi. Acaso el apellido te suene.

Tras un abandono en el Autódromo de Buenos Aires, Carlitos (¡cómo se te extraña!) fue octavo en el circuito del Parque Independencia de Rosario, el día que Bianchi acabó en el podio detrás del suizo Silvio Moser y el tucumano Nasif Estéfano. Una semana màs tarde acabó décimo en el trazado del Parque General san Martìn de Mendoza (dónde en los ’70 construyeron el estadio «Malvinas Argentinas»), siendo el mejor Alpine de la carrera. Cerró su actuación con un séptimo puesto en el trazado del Golf Club de Mar del Plata.

Esas actuaciones de Pairetti con Alpine en la Argentina promovieron su viaje a Europa durante el año, haciendo dupla con Jorge Cupeiro en el equipo «Automundo», asesorados por Juan Manuel Fangio. Fue en esa ocasiòn, corriendo en Monza, que el arrecifeño se ganó el apodo de Il Matto (El Loco) cuando, presumiblemente, pasó a sus rivales por la banquina para hacerse de la punta.

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Mientras tanto, Mauro Bianchi vivía en Dieppe, una ciudad costera en el Canal de la Mancha, en Francia. Ya estaba casado y tenía un hijo, Philippe.

En Dieppe tenía su sede la Alpine, el pequeño atelier fundado por el entusiasta Jean-Redelé, que construía pequeños coches sport de baja cilindrada para competir en Le Mans y también monopostos de Fórmula 3, con cierto apoyo de la Renault.

Y algo más.

A comienzos de 1968, mientras Pairetti se aprestaba a encarar una campaña victoriosa en el Turismo Carretera, Redelé construía en secreto un coche de Fórmula 1, el A350, con unas novedosas suspensiones pensadas para que no hubiera rolido en las curvas. El tester era Mauro Bianchi (foto inferior), pero el punto débil era el motor Gordini V8 de tres litros, que no superaba los 300HP de potencia. El Cosworth V8, lanzado ese año, llegaba a los 400 HP.

Mientras su hermano Lucien Bianchi llegaba tercero en el GP de Mónaco y sexto en el GP de Bélgica, sumando puntos para el campeonato por segunda carrera consecutiva, corriendo para la Cooper, Mauro ensayaba en secreto el A350 en Zolder (Bélgica) y en Zandvoort (Holanda), alejado de los circuitos franceses en los que el experimento no habría pasado inadvertido. 

En la pista holandesa marcó un tiempo que lo habría puesto en la mitad de la grilla del GP del año anterior. Señal positiva. Alpine anotó su A350 para el venidero Grand Prix de Francia de 1968, en Rouen-Les Essarts, en la región de Normandía, a solo 60 kilómetros al sur de Dieppe.

Pero apenas se supo la noticia, Renault prohibió a Redelé el uso de ese motor V8 desarrollado por Gordini. No llegaba a los 300 HP y la casa francesa quería evitar un posible papelón.

El A350 jamás llegó a correr.

Así que Alpine tuvo que esperar hasta 2021 para desembarcar en la Fórmula 1… curiosamente de la mano de Renault.

¿Qué pasó con Mauro Bianchi? En setiembre de 1968 se quemó fulero corriendo las 24 Horas de Le Mans con un Alpine A220 equipado con el infausto motor V8 de tres litros (más propicio para la resistencia que para la F-1). Su hermano Lucien ganaba la prueba compartiendo un Ford GT40 con el azteca Pedro Rodríguez, quien -como Pairetti- siempre tuvo a Juan Manuel Fangio como consejero.

El siniestrado Alpine A220 de Mauro Bianchi en Le Mans 1968

Apenas dos meses después, en noviembre, Carlos Alberto Pairetti conseguía en Buenos Aires su único título de Turismo Carretera con el recordado Trueno Naranja:

En marzo de 1969, el Trueno Naranja ya parecía obsoleto, Lucien Bianchi perdía la vida ensayando un Alfa Romeo en Le mans y su hermano Mauro se retiraba de las carreras, abandonaba Dieppe y se radicaba en Niza, en la Costa azul. Su hijo Philippe le daría un nieto, nacido el 3 de agosto de 1989, al que bautizaría Jules Lucien André.

Jules Bianchi.

Jules, su abuelo Mauro y el reconstruido Alpine A220

¿Cómo se desenvolvió la historia de Alpine? Como el V8 carecìa de potencia, un joven ingeniero llamado Bernard Dudot encaró en Dieppe un proyecto para construir un V6 más robusto. En 1973, Redelé vendió toda su obra a Renault, incluido Dudot y su proyecto (Oreste Berta sabe amargamente de lo que hablamos). Ese V6 de dos litros fue campeón de Fòrmula 2 en 1976 y al año siguiente, reducido a litro y medio pero turbocomprimido, debutó en Fórmula 1.

Renault entró y salió de la máxima categoría en más de una oportunidad:

  • Entre 1977 y 1985 con equipo propio (chasis y motores V6)
  • Entre 1989 y 1997 (como proveedor de motores V10)
  • Otra vez con equipo propio (tras comprar la escuadra Benetton) entre 2000 y 2011, cuando lo vendió
  • Entre 2016 y 2020, cuando recuperó el equipo y su histórica base de Enstone.

Para 2021, el CEO Luca Di Meo decidió renombrarlo con el nombre de una marca de lujo que había quedado en el portfolio de la compañìa: Alpine. la Lógica de la decisión era reservar a Renault para el motorsport eléctrico. Sus pilotos eran Esteban Ocon y Fernando Alonso.

En el GP de Hungría de ese año, Alonso cubriò durante once interminables vueltas los embates de Lewis Hamilton para asegurar la victoria de Ocon, hasta hoy el único triunfo de Alpine en la Fórmula 1.

Pero Di Meo cometió el error de ofrecerle una renovación de contrato 1+1 a Alonso, creyendo que tenìan asegurado al concurso de Oscar Piastri. No fue asì, perdieron a ambos pilotos. salieron a buscar a Pierre Gasly pero en la academia no había nada prometedor… 

Enero de 2025: entra en esta historia Franco Colapinto, 59 años después de la primera carrera de Carlos Pairetti con aquel Alpine A270…

Por supuesto, continuará…

 

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