OBRA MAESTRA.

 ¿Por qué nadie le avisó a Pedro que estaba lloviendo? No era un día para hacer esas locuras…”.

La frase de Chris Amon apenas concluída la edición 1970 de los 1000 Km de Brands Hatch, tenía más el sentido y el tono de la ironía y admiración, que el de la recriminación para lo que un rato antes había entregado en la pista, el intrépido mexicano Pedro Rodriguez, sobre el indomable Porsche 917 y bajo un diluvio.

Las Ferrari 512 de Amon-Merzario (2) e Ickx_Oliver (1), largaron en los primeros lugares. Distintos problemas las retrasaron al 5° y 8° lugar, respectivamente.

Eran aquellos años en que los Sport Prototipos, transitaban una de sus últimas etapas de gloria y trascendencia, con un nivel y atracción que nada tenía que envidiarle a la Fórmula 1. Participaban los equipos oficiales de Ferrari, Porsche, Matra, Alfa Romeo, con planteles de pilotos que incluían varios pilotos de la Máxima, como Jacky Ickx, Chris Amon, Jo Siffert, Denny Hulme, Jean Pierre Beltoise, Jack Brabham, Piers Courage, Henri Pescarolo, Johnny Servoz Gavin, Andrea De Adamich, Rolf Stommelen, Jackie Oliver y el propio Rodríguez.

Aquel 12 de abril de hace medio siglo, Rodríguez entregó una de las más brillantes demostraciones de talento conductivo y audacia sobre un auto de carrera. “Sólo quiero que me den un buen auto. De superar a las dificultades me encargo yo, para eso soy corredor” solía decir Rodríguez, quien paradójicamente para su vida privada tenía chófer, porque consideraba que “manejar en las rutas es peligroso”.

Una imagen impresionante. Cruzados en plena lluvia, los Porsche 917 de Vic Elford y Pedro Rodriguez, luchan por el liderazgo en los 1.000 Km de Brands Hatch. Finalmente el mexicano superaría al inglés.

Como en las carreras anteriores, Pedro tuvo ese día un muy buen auto como sin dudas era el Porsche 917, uno de los más emblemáticos de la historia de la categoría, pero también uno de los más difíciles de manejar por su alta potencia y poca estabilidad. A esto sumó ese talento especial que tenía para andar bajo la lluvia, y una determinación que se potenció cuando tras el primer par de vueltas, fue llamado a entrar a boxes. Se debió a que había superado ar cuatro autos, mientras flameaba la bandera amarilla de neutralización por el despiste de Barrie Smith. El primero de los tantos accidentes registrados en una carrera que, según las crónicas de la época, “tuvo una largada en condiciones diabólicas” por la intensa lluvia, el fuerte viento y el frío.

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Pedro salió como un poseído desde boxes con casi una vuelta perdida, y luego de 15 giros trepó al tercer lugar tras superar entre otros a su compañero Siffert (compartía el otro Porsche oficial con Brian Redman). También dejó atrás a la Ferrari 512 de Ickx en un camino nada sencillo por una pista anegada, una visibilidad escasa y un trafico complicado. Nada de esto detuvo a un Rodríguez encendido como pocas veces, que tardó otras tres vueltas en relegar a Chris Amon y una más en llegar a la punta, al superar al inglés Vic Elford, quien sobre otro Porsche 917 pero del equipo privado Salzburg, aplicaba la virtudes de su pasado deportivo de eximio rallista para mantenerse en pista sobre el auto que compartía con Denny Hulme.

Pedro Rodriguez junto a su compañero Leo Kinnunen. Quince meses después de su hazaña en Brands Hatch, el mexicano se mató en Norisring, Alemania en una carrera de la Copa Interserie sin puntos para el Mundial y sobre una Ferrari…

Instalarse en la punta no colmó las aspiraciones de Rodríguez. Siguió dándole a fondo al 917, mientras sus rivales realizaban los relevos de pilotos, hasta marcar una diferencia de un par de vueltas. Se dio antes de cederle el volante a su compañero Leo Kinnunen, y recién después de ¡3 horas y media! de conducción. El finés apenas manejó 90 minutos, y en ese lapso Ickx descontó 30 segundos sobre la Ferrari que compartía con el inglés Jackie Oliver. Problemas en el limpiaparabrisas retrasaron al 8° lugar final a este binomio, que paradójicamente una semana más tarde protagonizaría en el Gran Premio de España de Fórmula 1 un espectacular choque, que derivó en un incendio que les provocó quemaduras. Del agua al fuego en siete días.

Rodríguez se subió de vuelta al Porsche en el par de horas finales, para asegurar la victoria con una contundencia reflejada en las 5 vueltas que lo separaron de su escolta inmediato, el otro 917 K de Elford-Hulme. Una contundencia que también se manifestó en el grado de su participación en el triunfo, ya que manejó 5h30m sobre 6h45m  que duró aquella tercera fecha del Campeonato Mundial.

”Fue un día hecho a su medida y que Pedro aprovechó muy bien, con una precisión y sensibilidad fantásticas”, resultó la acertada reflexión de David Yorke, director de John Wyer Automotive Engineering, el equipo  representativo de Porsche, mientras Rodriguez lanzaba desde el podio la corona de laureles. El mismo Yorke que años más tarde, cuando un juvenil Ayrton Senna mostraba en sus primeras pruebas en la Fórmula Ford sus virtudes sobre pista mojadas, lo comparó con Pedro Rodríguez…

El Porsche 908/02 que Jorge Omar Del Río compártió en la misma carrera con Alain De Cadenet, completó 179 de las 235 vueltas pactadas, hasta que un problema en la selectora de la caja motivó su abandono.

“Lo que hizo Rodríguez ese día fue impresionante. Lo pararon en boxes para que fuese más despacio por la ventaja que llevaba, pero él siguió a fondo” , le recuerda Jorge Omar Del Río a visionauto en un testimonio que potencia su validez porque ese día El Profesor, compartió la pista de Brands Hatch con Pedro Rodriguez y el resto. Lo hizo sobre un Porsche 908/02 del Ecurie Evergreen con el británico Alain de Cadenet como compañero.”Se te ponían los pelos de punta por la forma en que llovía, y por eso hubo varios accidentes entre los que recuerdo el choque con incendio del Alfa Romeo de Andrea De Adamich”, cuenta Del Rio quien no pudo terminar, por un problema en la caja que lo hizo abandonar mientras marchaba segundo en su clase.

“Sólo en raras ocasiones te das cuenta que una leyenda pasa frente a tus ojos”, solía decir Nigel Roebuck, el destacado periodista británico que durante muchos años siguió la Fórmula 1. Seguramente frente a tamaña demostración de Pedro Rodríguez, algunos de los 20.000 entusiastas que aquel día desafiaron el frío y la lluvia en Brands Hatch, se habrán dado cuenta que el sacrificio bien valió la pena, porque sirvió para ver la mejor demostración de una de las leyendas de los Sport Prototipos.

 

Fotos: racingsportscars.com

 

 

 

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1 COMENTARIO

  1. Admirable, Pedro Rodriguez, una leyenda del automovilismo. También en ese año-1970- ganó el Gran premio de Bélgica, que se corrió en Spa Francorchamps, con la terrible Eau Rouge..!
    Y con que auto ganó? Con un BRM V12. En la que fué la ultima carrera ganada por la marca.
    Dueño del coraje.

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