DOS POR UNA CORONA.

Rivales desde hace varios años en las principales categorías del automovilismo argentino, Leonel Pernía y Matías Rossi llegaron por primera vez a un enfrentamiento directo en la definición de un título. El del Súper TC 2000, que a sólo dos semanas del paso del TC, tenía como escenario el Autódromo de Neuquén0. Una consecuencia de la importante influencia de la petrolera de la categoría (YPF), como también lo confirma la visita previa de pilotos y autos de la categoría a Vaca Muerta.

Con 25 puntos en juego entre clasificación (2), superclasificación (3) y final (20), apenas 7 separaban al líder Pernía de Matías. Sin ser significativa no era una diferencia para despreciar aunque los antecedentes no lo favorezcieran a Leo, quien en las anteriores veces (2010, 2011 y 2015) que llegó como puntero a la fecha final, se fue sin la corona que le es esquiva. En cambio Rossi ya festejó 4 veces en la categoría.

Rossi sobre el Toyota prevaleció sobre Pernía (Renault) al promediar la temporada pero sobre el final, Leo reaccionó y recuperó el liderazgo del campeonato en busca de su primer título en la categoría.

Además de la ventaja en el campeonato, que podía ampliarse o disminuirse tras la clasificación, Pernia llegó a la nueva y gran oportunidad, con el respaldo del gran rendimiento de su Renault Fluence GT, que le permitió ganar los 200 Km de Buenos Aires y llegar 2º en Río Cuarto. Por el contrario, Rossi arribó a la instancia preocupado, al menos en la apariencia, por la pérdida de competitividad de su Toyota Corolla, con relación a la mitad de la temporada cuando sus tres victorias consecutivas en Paraná, Salta y San Nicolás, lo erigieron en el gran candidato.

Frente a la lucha directa, Pernía y Rossi contaban con el respaldo de su compañeros; un detalle no menor en un circuito difícil para los sobrepasos. Leo contaba con mayor cantidad, Facundo Ardusso, Matías Milla y Facundo Conta. Matías contaba con guardaespaldas más asperos, Julián Santero y Mariano Altuna.

A favor de Rossi podemos encontrar el factor sicológico. Como quedo dicho, el Misil ya tiene cuatro coronas de la categoría y por eso encara la definición con más tranquilidad. En cambio Leo suma varias frustraciones, especialmente las de 2010 y 2015 ante Norberto Fontana y Néstor Girolami. Dos pilotos que por entonces tenían  la experiencia de salir campeón, que en Neuquén mostraba Rossi como importante credencial frente a un Pernia , que además de Matías debía vencer a esa pesada mochila que ha cargado desde el  pasado con sus reiteradas decepciones.

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Fotos: Prensa Súper TC 2000.

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