PRESENCIA IMPORTANTE.

 Fue la de Oscar Roberto Castellano en el box de su hijo Jonatan en la carrera de Turismo Nacional en el Autódromo de Rosario. No era una carrera más d las 99 que hasta entonces había corrido Pinchito en la clase 3. Era la que cumpliendo el requisito de la victoria podía darle el segundo titulo a nivel nacional luego de la corona en TC Pista en 2005.

“Para mi es muy importante la presencia de mi papá, no sólo por el soporte anímico, sino deportivamente por el ojo clínico que tiene para ciertos detalles” destacaba Jonatan antes de la carrera mientras su padre observaba los neumáticos a calzar or el Chevrolet Cruze de su hijo en un final que lo vio partir del quinto lugar con la obligación de ganar. “Estábamos preocupados por el rendimiento los neumáticos porque por la alta temperatura iban a tener una gran exigencia. Simplemente fue cuestión de mirarlos, elegirlos y confiar” explicó Pincho con el sereno análisis de costumbre sobre esa intervención en tan decisivo momento.

«Puse todo porque no tenía otra alternativa que ganar si quería ser campeón» explicó Castellano sobre el contundente andar sobre el Cruze del equipo MG-C.

Quedó claro que el ojo clínico del que hablaba Jonatan sobre su padre funcionó a la perfección y colaboró para que un Cruze sin un gramo de lastre comenzase a hilvanar la hazaña. Primero con una gran largada que le hizo avanzar dos posiciones, luego con el toque de la fortuna que fue el abandono de Julián Santero y más tarde con el preciso sobrepaso a Alfonso Domenech. El necesario primer lugar era un hecho pero quedaba casi las dos terceras partes de las 20 vueltas de la final. Un lapso vivido con la tensión de una fallas mecánica, un error o la superación de un rival, únicas esperanzas a las que en el fondo de lote se aferraba Carlos Merlo para apoderarse del festejo.

Eficientemente informado y aconsejado desde la radio por Pedro Viglietti,  Pinchito fue transitando una a una esas vueltas con una tranquilidad que no le quitó la entrada del auto de seguridad  y el relanzamiento de la carrera a cuatro giros del final. La historia ya estaba escrita y su final feliz desató el emocionado festejo de Pinchito, con su familia (padre, esposa e hijas) en una euforia desatada como pocas veces en Jonatan.

Renzo Blotta no dejó nada para sus rivales en el camino rumbo a su primera victoria en la clase 2. El piloto de Toyota dominó entrenamientos, clasificación, series y final.

“Es una alegra única e increíble ganar el título en la última carrera. Puse todo por el todo porque no tenía otra alternativa que ganar” repitió, junto con el agradecimiento al equipo de Mauro Garcia y el recuerdo a su abuelo Néstor “Hace unos años me dijo que hiciera un sacrificio para volver al Turismo Nacional  y asi lo hice” rememoró con los ojos al borde de las lágrimas. De todos los elogios seguramente Pichito rescatará el de su padre. “Jonatan se merecía este título porque trabajó para eso durante mucho tiempo, pero fundamentalmente porque es un bue hijo y un buen padre” largó Papá Picho antes de ponerle el sello con unas de sus frases merecedores del análisis. “Un piloto necesita un título para decir estoy acá”

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Acá está Pinchito Castellano. Además de su permanente protagonismo en el TC, ahora instalado en lo más de una de las categorías más competitivas y parejas del automovilismo argentino.

 

Fotos: Prensa APAT.

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