EN DOS FRENTES.
Asi, como ocurre con otros colegas técnicos, es el trabajo de Luciano Monti en el automovilismo argentino. Ingeniero mecánico aeronaútico, santafesino de 42 años, cobró alta consideración a partir de ser el responsable técnico del equipo Chevrolet de Súper TC 2000 que en 2016 cpnsagró campeón a Agustín Canapino. Desplazado por la llegada de Alberto Canapino a comienzos de 2020, siguió en la categoría con equipo propio y la calidad de su trabajo motivó a fin de año la convocatoria de Honda. Así, se convirtió en el director técnico del equipo integrado por Facundo Ardusso, Fabián Yannantuoni y Matías Cravero. También ese antecedente tan valioso, dio lugar a su llegada al Castellano Power de Turismo Carretera, que a modo de cierre de los festejos por los 85 años, como sabés en El Villicum sanjuanino despliega el Desafío de las Estrellas.
Podio. Monti junto a Facu Ardusso, durante el festejo por la victoria en el TC 2000 en Rafaela.
«En el TC con Jonatan Castellano y con Christian Iván Ramos, venimos haciendo algunos cambios y trabajos, esos hicieron que los autos estén funcionando un poco mejor. Me hermané bastante bien con el equipo, y estamos «ahí’ de meternos en la pelea por un triunfo en el TC», destaca Monti quien como todo técnico mira con ansiedad y curiosidad la movida de la renovación del parque automotor del TC que como la mayoría, cree que llagará más tarde o más temprano.
«Sobre lo que se viene hablando de los modelos nuevos, como el Camaro, el Mustang y todo esos autos, creo que el TC tiene que hacer lo que le pida la gente pero, también, entiendo que es una categoría con mucha historia, que no nació con el Falcon y la Chevy sino que nació con autos que hoy prácticamente no se ven», comenta Luciano.
Entiende sobre la tan hablada movida que «llegó el momento de la evolución y del cambio, y si ese cambio viene aparejado de un apoyo de la terminal hacia los equipos o a la categoría, que le traiga una inyección de dinero que le permita crecer en calidad, en espectáculo y en seguridad, me parece que va a ser algo bueno».
Acerca de las innovaciones amplía, «si van a la tuerca central en las ruedas, carrocerías de modelos nuevos, con un motor multiválvulas que está bastante avanzado en el tiempo y que tiene casi 500 caballos, estamos hablando de que podría resultar un auto bastante bueno. Así que no veo mal si la categoría decide tomar ese camino del cambio».
«A veces en la Argentina –opina Monti-, pareciera que los hinchas apoyan más al modelo que a la marca. Igual, creo que lo que hace que la gente siga a las categorías son las carreras, los buenos espectáculos, la cantidad de autos y el buen servicio hacia el espectador».
Del TC 2000 también habla Monti, más aún cuando sigue fresca la alegría por el triunfo de Facundo Ardusso en Rafaela. «Estoy muy contento que hayamos ganado la carrera en Rafaela, cambiando un auto que fabricamos en el 2021 y que pusimos en pista este año. Nos costó hacerlo andar, volvimos al anterior y estuvimos en la misma situación, siempre probando y cambiando y no podíamos encontrar el balance del Civic para que funcionara. Ahora, para la carrera en Rafaela, pegamos realmente un salto, creo que los autos estuvieron competitivos y en un circuito rápido, pensar que nuestro punto débil siempre fue la velocidad», recuerda Luciano antes de valorar la victoria en Rafaela y de visualizar como puede venir la mano en lo que resta del TC 2000.
«Ahora estamos más tranquilos, sacarnos esa mochila de encima al ganar, nos va a permitir poder observar mejor los pro y los contras que tenemos, y de esa manera, poder rearmarnos para la última parte del año que queda, en la que, si bien estamos lejos en los puntos, tenemos chances, y mientras las haya, obviamente vamos a estar a fondo para tratar de llegar a la última carrera peleando el campeonato».
Es Luciano Monti. Un técnico para dos frentes.
