DAR ORDENES
NO ES LO
MISMO
QUE ORDENAR

Por el equipo de visionauto

Son tres. Christian Horner (RedBull), Martin Whitmarsh (McLaren) y Stefano Domenicali (Ferrari). A diferencia de Frank Williams o Vijay Mallya, conducen los destinos de equipos de Fórmula 1 de los cuáles no son dueños. Sensible diferencia. Todo lo hagan fue, es o será sometido a escrutinio por parte del comité, del directorio, del consejo directivo o directamente, del propietario. Poseen una amplia gama de recursos para lograr los objetivos, pero si éstos no se cumplen deben rendir cuentas. Seguramente las rinden antes de que se determine si han alcanzado o no el logro.

Esto viene a cuento de la guerra fría que se libra entre los confortables boxes de la Fórmula 1, en este momento tan dramático relacionado con la decisión de uno de los campeonatos más peleados de los que se tienen memoria en el pasado reciente, con abundancia de recursos y frecuentes golpes de escena. El enfrentamiento ya no es solo entre los pilotos y en la pista. El combate dialéctico no tiene cuartel.

A esta altura cuesta determinar quién abrió las hostilidades, pero como habrás leído en visionauto, Whitmarsh hizo un análisis de lo que vendrá este fin de semana en Brasil alineándose con Ferrari contra RedBull, a propósito de unas declaraciones de Horner.

“Sería frustrante (si Fernando Alonso gana el título) porque siempre cabrá la sospecha de que lo hizo con una orden de equipo que es ilegal” declaró el ex piloto de Fórmula 3.000. “Hay que darle crédito a Ferrari por lo que hizo en la segunda mitad del año” señaló Whitmarsh.

Alonso está liderando el Mundial, antes de Brasil, por once puntos de ventaja sobre Mark Webber. En su momento sostuvimos en visionauto que el español debió haber perdido todos los puntos logrados en Alemania, cuando Felipe Massa obedeció las órdenes de Ferrari para dejarlo pasar. Pero si eso no hubiera sucedido, si Alonso hubiera terminado detrás del brasileño en Hockenheim, aún así sería el puntero del Mundial. Podés criticar a la FIA por la débil sanción impuesta, podés criticar a Ferrari por haber infringido la regla, pero no podés ignorar que, en performance, Alonso está delante de Webber con o sin órdenes de por medio.

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Horner se ve sometido a una intensa presión. Responde directamente al dueño de RedBull, Dietrich Mateschitz, y debe hocicar ante los comentarios del máximo asesor deportivo del millonario, el ex piloto Helmut Marko. Solo así se entiende que se rasgue las vestiduras por una situación similar a la que su equipo vivió en particular dos Grands Prix antes del polémico en Alemania: cuando Seb Vettel chocó a Mark Webber en Turquía, la razón estaba relacionada con una maniobra por el estilo que se estaba cocinando en el box de RedBull, haciendo ahorrar combustible al australiano para que viajara más lento y permitirle de esa manera al alemán que lo alcanzase. ¿Qué habría pasado después? Nunca podremos saberlo.

Massa ya sabe que deberá apoyar a Alonso, y es una cuestión de sentido común. McLaren nunca imparte órdenes de equipo, pero Whitmarsh sugirió que, eventualmente, el campeón mundial Jenson Button, prácticamente eliminado de la lucha por el título, podría colaborar en la pista con su compañero Lewis Hamilton. Situaciones más o menos armoniosas (nunca un piloto colaborará con su coequiper con una sonrisa a prueba de lluvia) que no son las que se viven en RedBull.

No importa que Vettel diga que no será nunca amigo de Webber por lo que sucedió esta temporada (como si los 13 años de diferencia de edades no fueran barrera suficiente), sino maniobras más llamativas. Otro ex piloto de Fórmula 1, austríaco también, Gerhard Berger, dio una nota al canal de TV de RedBull, en la que criticó a Webber por la maniobra que le costó el abandono (y la punta del campeonato) en Corea. Cuando que el australiano se puso lívido cuando vio la entrevista. Berger es tan amigo de Mateschitz como fue socio cuando compraron Minardi para transformarla en RedBull. Si los argentinos con memoria todavía se sienten espantados por el tratamiento que Williams le dio a Carlos Reutemann en 1981, este destrato no tiene nada que envidiarle.

Por eso Domenicali sugirió, no exento de ironía y mucho menos de maldad, que es “un milagro” que RedBull no haya ganado el título ya, con lo rápido que es el auto que conducen Webber y Vettel. “Si Ferrari tuviera un auto así, hace rato que habríamos sido campeones”.

Horner respondió en Interlagos. “Con un motor como el Ferrari, ya habríamos sido campeones hace rato”. Pero su box hierve. “No entiendo porqué (Webber) cree que le falta apoyo. El equipo siempre nos da un buen auto a cada uno, y en definitiva eso es lo que cualquier piloto quiere, un buen auto para ganar carreras”, declaró Vettel “Técnicamente todo ha sido muy bueno pero cuando hay jóvenes pilotos que empujan, allí es dónde va el apoyo. Es la naturaleza humana” filosofó Webber con algo de lamento.

Con dos pilotos en pugna, con un dueño demandante, con un superior acuciante, Horner debe lamentar no ser el patrón. Domenicali y Whitmarsh pueden sentirse un poco más aliviados ahora. Seguramente la distribución de los resultados hará variar el panorama. Para bien o para peor.

5/11/2010

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