UN PEQUEÑO GIGANTE

Poco recordado por las nuevas generaciones, como muchos de sus colegas de la era Pre Mundial de Fórmula 1, Tazio  Nuvolari está considerado entre los más grandes pilotos de todos los tiempos. «Es el piloto más grande del pasado, presente y futuro» sentenció Ferdinand Porsche.

Nuvolari concretó su hazaña trass superar en la vuelta final al Mercedes Benz de Von Brauchitsch. Años más tarde ese Alfa Rome ganador, fue comprado en una subasta en 9.400.000 de dólares.

Italiano de Mantua, donde había nacido el 16 de noviembre de 1892 fue un destacado motociclista antes de pasar a los autos y vencer en las Mil Millas Italianas en 1930 y 1933, las 24 Horas de Le Mans 1933 y consagrarse en 1932 campeón europeo de Grandes Premios, un titulo que en aquellos años era el equivalente al actual Mundial de Fórmula 1.

Pequeño de físico, pero de impetuoso estilo conductivo Nuvolari logró muchas victorias, pero huba una que se instaló eternamente en la historia. Fue la que el 28 de julio de 1935 obtuvo en el Gran Premio de Alemania en el legendario  Nurburgring. Ese día sobre un viejo Alfa Romeo P3 (3167 cm³, compresor, 265 HP) un inspirado y audaz Nuvolari derrotó a cinco Mercedes Benz   (3990 cm³, 8C, compresor, 375 HP; piloteadas por otros grandes de la época como: Rudolf Carraciola, Luigi Fagioli, Hermann Lang , Manfred von Brauchitsch y Geyer y a los cuatro Auto Unión Tipo B (4950 cm³, 16C, compresor, 375 HP de Bernd Rosemetyer, Achille Varzi , Hans Stuck y Paul Pietsch.

La pesada corona de laureles estaba pensada para los corpulentos pilotos alemanes. Un pequeño Nuvolari la «soportó» con la felicidad de un triunfo inolvidable.

La derrota de los autos alemanes no sólo sorprendió a los organizadores (no tenían el disco del himno italiano que debió cederles el propio Nuvolari), y a la mayoría de los 300.000 espectadores. Tambien decepcionó a los dirigentes nazis instalados en el palco principal, con la total convicción del triunfo de los autos alemanes…

Por todo lo que te contamos, muchos  investigadores consideran a esta victoria de Nuvolari como la más épica de toda la historía del automovilismo. Valga el recuerdo a su autor, a 65 años de su muerte. ​

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