AQUEL DOMINGO INOLVIDABLE QUE SILENCIÓ A LA MULTITUD EN EL AUTÓDROMO, CAUSANDO UNA DESAZÓN ENORME.

Pasaron 50 años, o medio siglo, que suena más grandilocuente y lejano. Parece mentira ¿no?

Es una realidad que tortura la memoria, ante un recuerdo que se agiganta cada 13 de enero, al evocar aquel día del caluroso verano 1974, en que todo esa bulliciosa y multitudinaria fiesta desplegada en las colmadas tribunas del por entonces Autódromo 17 de octubre  (actualmente Oscar y Juan Gálvez), aguardó y latió muy fuerte frente a la inminencia del primer triunfo de Carlos Alberto Reutemann en el Campeonato Mundial de Fórmula 1 en el Gran Premio de su país.

Era ante su gente y merced a un dominio contundente, sin embargo, el jolgorio, los gritos, ovaciones, se transformaron de repente en un profundo silencio al ver al blanco Brabham BT 44 número 7 detenido sin combustible, y al neocelandés Denny Hulme camino a un triunfo inesperado.

Luego de superar a Ronnie Peterson, Reutemann se instaló en la punta con un demoledor andar. Todo parecía dado para la victoria hasta que a falta de una vuelta, el Brabham se detuvo sin combustible.

Pasaron 50 años y Carlos Reutemann ya no está entre nosotros, para la siempre inevitable consulta, que trajera el reiterado recuerdo de su gran y enorme decepción. Es mucho tiempo el transcurrido, sin embargo no alcanza para diluir la bronca y el desaliento por una de las mayores frustraciones del automovilismo argentino (la otra también involucró a Lole con el título perdido en Las Vegas siete años más tarde). Esa sensación de frustración que nos dejó con las enormes ganas de ver el festejo de Lole ante sus compatriotas.

¿Te imaginas lo que hubiese sido? Imaginarlo, potencia la bronca como ocurre con todo lo que pudo haber sido y no fue. Y lamentablemente, pese al renovado optimismo ante ante cada Gran Premio de la República Argentina, nunca hubo un festejo de Lole en la Argentina, en las posteriores seis ediciones que corrió el santafesino. Subió al podio varias veces y estuvo cerca, pero nunca tan cerca como aquel 13 de enero de hace medio siglo.


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Igual sin ganar, Reutemann tuvo aquel día su gran consagración en Fórmula 1. Demostró que ya era un ganador en una época con muchas figuras, y equipos de primer nivel.  Y lo iba a confirmar y demostrar a lo largo de una campaña de diez temporadas y su paso por los mejores equipos de la época (Brabham, Ferrari, Lotus y Williams). Sólo le faltó el título. Eso no le quitó brillo a una presencia que, con el paso del tiempo y ante una realidad que muestra lo difícil que es para los argentinos llegar y destacarse en F-1, cada día se extraña más.

A modo de recuerdo de lo que fue mi experiencia periodística personal aquel 13 de enero de 1974, te invito a leer, por si no lo hiciste o releer si sos seguidor de visión, la nota publicada hace diez años.

ERA UNA FIESTA INCREIBLE, FUE UNA DECEPCIÓN INOLVIDABLE

Como habrás visto, eran otros tiempos en todo sentido. Deportivamente, la Argentina tenía presencia en Fórmula 1 con una figura como Reutemann al frente. Y pensar que hubo por entonces quienes no lo reconocían.Vale entonces el recuerdo para que las nuevas generaciones conozcan quién fue Reutemann. Un verdadero Grande entre los grandes de la Fórmula 1.

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