DIME TÚ…

El problema entre ambos databa de la carrera en Concordia; en su impetuoso andar a la caza de la punta, Julían Santero se le mandó con furia a Josito Di Palma y ardió Troya. Por la maniobra, por sus repercusiones y por la de los pontones con Mariano Werner en la serie entrerriana, al mendocino la CAF lo paró en forma provisional por una fecha. También por jugarla de guapos, se quedaron sin correr Emanuel Moriatis y Johnnito DeBenedictis.

La CAF mantuvo las medidas y ninguno de los tres pudo correr en El Villicum sanjuanino, el Desafío de las Estrellas. La CAF dio por cumplida las sanciones y han corrido en El Villicum II.

 

Excelente imagen. Santero en el Ford en el magnífico circuito de El Villicum.

 

Y Santero volvió recargado, se mandó la tercera pole en el año, escoltado sabes por Josito. Así fue a la hora de encontrarse una vez cumplida la faena clasificatoria, se encontraron, se miraron a los ojos y hablaron. Sí, del incidente en Paraná que los llevó a quejas mutuas y a Santerito, al parate por una fecha.

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Las rostros serios ante las miradas indiscretas que quisieron entender sobre lo que hablaban al rato de bajar de sus autos luego de clasificar primero Santero y segundo Di Palma, reflejaron un diálogo tenso y sin concesiones y pocas ganas de hacer autocrítica. Acaso cada uno se mantuvo en su posición, reconociendo errores pero con cierto desgano y, cuando hablaron con los medios, hasta con frases de compromiso.

No será la primera ni la última vez que dos pilotos enfrentados por acciones en la pista, incluso con acusaciones mutuas, finalizan bajando los decibeles y aparentando una recobrada paz que, va a durar hasta el próximo encontronazo. Cabe para Santero y Di Palma como para tantos otros episodios conflictivos, cuyos actores han terminado firmando una endeble pipa de la paz. «Vine a pedirle disculpas porque la verdad, lamento cómo terminó todo. Podemos ponernos de acuerdo o no en la maniobra en sí, pero realmente no me gustó cómo terminó la situación; ni por él ni por mí ni por nadie. Fueron semanas duras para mí y terminé suspendido una carrera. Solamente quería que estemos de acuerdo que no tengo nada en contra suyo, y no fue intencional. Él también quizá declaró un poco de más y en una situación así en caliente lo súper entiendo”, mandó Santero en la transmisión televisiva oficial ante el corredor-periodista quien pretendió endulzar el ocasional encuentro. Momentos antes, ambos hablaron a solas y luego, ante las cámaras Josito «invitó» a Santero a firmar la paz…

“Quizá nos dijimos un poco de todo, pero lo respeto a Julián y quería que el tema quede cerrado. Ahora en frío, él me pidió disculpas por alguna actitud suya. Y yo también sé que a veces uno se excede cuando le ponen el micrófono. Los dos somos pilotos, y por ahí mañana me puedo equivocar yo como lo hizo él. Ambos tenemos grandes autos y por ahí volvemos a pelear por la carrera y podemos demostrar que no hay rencor en la pista”, remarcó Josito.

El automovilismo, innegable, es otro de los deportes sumamente individualistas y rodeados de intereses personales, económicos, deportivos (el orden no es antojadizo). Situaciones encrespadas que derivan en distanciamientos, con el transcurso de los días pierden temperatura y se transforman en declaraciones edulcorantes, y con cierto tufillo a cumplir con las apariencias, mientras por las venas de los involucrados siguió fluyendo la verdad sostenida por cada uno.

Presuroso por recuperar el tiempo perdido por la suspensión por los dos incidentes en Concordia, que llevaron a que no pudiese correr en El Villicum en el Desafío de las Estrellas, Santero volvió a subirse al Ford del Memo Corse asistido por Alifraco Sport y clavó la pole de la novena fecha de Turismo Carretera y tercera en la temporada, cuya fase regular finaliza en la siguiente en Posadas en un agosto copado por el TC con tres carreras.

La fecha de parate resultó un obstáculo extra en las aspiraciones de Julián para meterse entre los 12 de la Copa de Oro. Por eso en la serie y final dominguera, no podía volver a errar.

Y entre los rivales a los cuales Santero enfrentaba, estuvo Josito Di Palma en el Ford amarillo del Maquin Parts, autor del segundo  tiempola, en tanto el sábado del óvalo lo completó tercero Juampi Gianini.

Gastón Mazzacane, ganador del Desafío de las Estrellas en el Chevrolet dorado quinto. Marcos Landa en el Toro oficial y Agustín Canapino a continuación. El Titán, era el único clasificado para la Copa de Oro, y podía quedarse con la etapa regular y sumar los puntos plus. ¿Dónde quedó el campeón Mariano Werner?, dominador de las prácticas, al clasificar su Ford más indócil lo dejó 14º. Mucho más lejos Guille Ortelli, su Chivo renuente a responder a su dueño, lo ubicó de nuevo lejos, 30º.

 

Fotos: ACTC.

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