“Y … NO…”

Un largo silencio precedió  a la respuesta que Matías Rossi le dio a la pregunta de Visión sobre si creía en los milagros.

Es que lo más parecido a un milagro por concretar parece esa lucecita de esperanza que se le encendió para rubricar esta gran atropellada final  del campeonato con la conquista de un nuevo título en la categoría. Una esperanza que ni siquiera  puede tener vida hasta el domingo 27, fecha de la carrera final, porque desde el sábado con el punto de la pole , el Misil deberá comenzar la suma plena de puntos, que con los 35 totales en juego, le permitan descontar la ventaja de 34,50 que le lleva Agustín Canapino. Cualquier otro resultado que no sea la pole de Matías coronará anticipadamente el primer título de Canapino en el Súper TC 2000. Si Rossi logra la pole, su ilusiòn se trasladará al domingo donde para hacerla realidad, deberá ganar y esperar que Agustín no sume ningún punto.

Matías supo aprovechar la pole y desde el arranque dominó todo hasta el final.

 

Lo único que sostiene ese 001 % de posibilidades que tengo es el gran rendimiento del Toyota. Esto me ilusiona con ganar todo” destacó Matías con el recuerdo del gran fin de semana en General Roca coronado por un paseo dominical de punta a punta  que redondeó el doblete de victorias en un circuito como el rionegrino que hasta el viernes  nunca lo había visto vencedor.

“Me da esperanzas el auto, pero será muy difícil porque  más alla que yo gane todo Canapino no tiene que sumar y esto es más complicado porque siempre está en los primeros lugares. Claro que  estas son carreras de autos, hay que correrlas y todo puede pasar. Por eso no hay que bajar los  brazos hasta el final…” cerró el Misil quien por ese importante protagonismo de Canapino en todo el campeonato relativizó el valor de los ocho puntos perdidos en San Juan por la actitud de su compañero Esteban Guerrieri de no cumplir la orden de dejarlo ganar,

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“Lo que pasó no fue lo mejor, pero ya está… Igual hubiese tenido que ganar todo en la última fecha y  esperar que Agustin no sume nada” comentó Matías antes de reconocer que “me parece increíble estar en este lugar de rival de Canapino, donde debía estar Ardusso….” No estuvo Ardusso, o, mejor dicho, apareció fugazmente  en la sala de prensa para saluda r a Rossi y  Canapino. Un buen gesto, no habitual, y para destacar, en quien como Facu cargaba en esos momentos la entendible bronca de una nueva frustración que esta vez fue definitiva.

El Toyota de Matías escoltado por el Chevrolet de Canapino .Fue la postal permanente de una carrera que no tuvo emociones.

Rossi se fue feliz  y con un  lucecita de esperanza de Roca gracias a esas dos victorias, de diferentes trámites, que elevaron a 28 su haber en el historial de la categoría y lo igualaron con Ernesto Bessone ,como escolta de Juan María Traverso, el lejano líder con sus inamovibles  68 triunfos. El Flaco estuvo este fin de semana en el trazado que lo tiene como máximo ganador y la eterna referencia de aquella carrera que el 3 de abril de 1988 ganó con su Renault Fuego en llamas. Fue reconocido en la habitual cena de la Asociación Volantes General Roca.

“No me imagine cuando empecé a correr, que algún día iba a igualar la cantidad de victorias de un piloto como Bessone” admitió un sonriente pero tranquilo Matías.

Seguramente tampoco imaginaba hace dos fechas encontrarse con esta chance al campeonato, cercana al milagro, pero chance al fin. Estaba escondido y apareció justo para a darle al menos una llamita de expectativa a la definición del campeonato

 

Por Miguel Sebastián (Especial desde General Roca)

Fotos: AIF

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