LA TEMIDA TIERRA

Del susto a la alegría pasaron  30 minutos. Fueron los que transcurrieron entre que la angustia invadió a todos, y especialmente al equipo Toyota, tras el violento golpe de Gabriel Ponce de León contra las gomas de contención que cubren el paredón de boxes  en medio de la tierra, y la llegada triunfal de su compañero Matías Rossi, como vencedor de la carrera clasificatoria en General Roca.

Luego de recibir las primeras atenciones, un ileso Ponce espera el fin de la carrera para regresar a boxes. "La tierra me dejó sin visión" dijo sobre el motivo del choque.

“No sé quien  tocó a Gabriel, pero lo que es increíble es la tierra que se levantó, es muy peligroso porque no permite ver nada” , reflexionó Dario Ramonda, director deportivo de Toyota, ante Visión, ya más tranquilo por saber que Ponce había salido ileso («sólo tiene un golpe en el empeine del pie izquierdo» informó el doctor Gonzalo Peralta).

El accidente en el que se vio involucrado fue espectacular y afortunado. No le pasó casi nada y lo corroboró al rato mientras enfilaba rumbo al box de su equipo donde ya descansaba el Toyota número 16 cubierto de tierra y con el lateral izquierdo hundido, roto. «Por suerte la butaca está tirada un poco hacia atrás”,  agregó Ramonda como importante dato sobre la seguridad de los autos, que tal vez contribuyó a que todo quedase sólo en un susto mayor.

Por encima del accidente de Ponce, la tierra fue una permanente y peligrosa presencia en un circuito que tiene carencias para las actuales exigencias del automovilismo.

Habrá que aprender de una vez por todas de estos  sustos. Y trabajar definitivamente en el tema de la tierra en los autódromos. Vale escuchar el testimonio de Ponce, para tomar conciencia que no debemos seguir dependiendo de la buena suerte para no lamentar otra desgracia con la tierra como causante.

“Al entrar a la curva me quedé sin visión por la tierra que levantó Spataro. Al volver traté de quedarme en mi línea,de enderezar el auto pero sentí el golpe de atrás  de Chapur, el no podía hacer otra cosa ya que también se quedó sin visión por la tierra. Por todo esto le pegué a Merlo, fue un golpe en cadena; yo al ver que me iba contra las gomas solté las manos del volante, el golpe fue muy fuerte contra el muro de boxes. Por suerte el auto demostró ser muy  seguro y pude bajar caminando», contó Gabriel antes de entrar en la parte más crítica de sus relato cuando señaló que “la tierra siempre es un problema en esa curva (la última del circuito), que encima es rápida. Lástima que recién nos damos cuenta cuando pasan la cosas. Por suerte sólo hubo fierros rotos. Hemos pedido que se modifique pero no se hizo nada. La culpa es de los pilotos por no reclamar más para que siga trabajando para mejorar los circuitos. Espero que ahora lo hagamos…”.

Mirá donde pegó el Corolla contra las gomas del paredón de boxes, pudo ser mucho peor, por suerte no fue así (Foto FW. M.Mercado)

Esperemos porque ver a un Ponce de Léon ileso fue un enorme regalo de la fortuna.«Si alguien le pegaba en el medio, estaríamos hablando de algo grave», se escuchó como reiterado comentario en boxes.

Rossi rodeado de Canapino y Fineschi, sus escoltas en la carrera clasificatoria. Todos coincidIeron en la necesidad de mejorar las condiciones en la zona del accidente de Ponce de León.
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Otro rostro feliz, además del que lució Matías Rossi, por el triunfo sobre su archirrival Agustín Canapino, fue el de Facundo Ardusso. Con su quinta pole y el 5ºlugar en la carrera clasificatoria había ampliado a 21 puntos (176 a 155) su diferencia sobre Mariano Werner; el entrerriano no sumó al llegar 7º. Si luego de la carrera final, Facu extendía la diferencia a 41 puntos se iba campeón. No lo imaginaba, pero seguía soñando.

 

Por Miguel Sebastián (Especial desde General Roca, Río Negro)

Fotos: Rolando Gigli, Prensa Súper TC 2000 y twitter Pallero

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