UN EJERCICIO PARA RECUPERAR EL INTERÉS.

El bicampeón mundial Max Verstappen ganó de manera consecutiva los últimos seis Grandes Premios de Fórmula 1. Al estilo de Michael Schumacher en el arranque del siglo o de Lewis Hamilton en la segunda mitad de la pasada década, los triunfos a repetición del neerlandés desalientan a los fanáticos planos que quieren más variedad, más ganadores distintos. ¿quién no?

Pero lo interesante es que, más allá del dominador y su poderoso RB19, la Fórmula 1 del 2023 está muy repartida. Basta ver quiénes completaron el podio en las últimas seis carreras, esas en las que Max monopolizó el escalón más alto del podio.

Miami: 2º Pérez, 3º Alonso

Mónaco: 2º Alonso, 3º Ocon

España: 2º Hamilton, 3º Russell

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Canadá: 2º Alonso, 3º Hamilton

Austria: 2º Leclerc, 3º Pérez

Inglaterra: 2º Norris, 3º Hamilton

Traducido en equipos:

Miami: 2º RedBull, 3º Aston Martin

Mónaco: 2º Aston Martin, 3º Alpine

España: 2º Mercedes, 3º Mercedes

Canadá: 2º Aston Martin, 3º Mercedes

Austria: 2º Ferrari, 3º RedBull

Inglaterra: 2º McLaren, 3º Mercedes

Como se ve, detrás del RedBull vencedor, hubo cinco marcas distintas en seis carreras: RedBull, Aston Martin, Mercedes, Ferrari y McLaren.

Muy variado, desde ya. ¡Si las cámaras de TV dejaran de enfocar a Max…!

Bueno, pero algo de eso ya existe. Basta con ignorar al bicampeón (si el fanático está tan aburrido de verlo correr y ganar) y concentrarse en las luchas posteriores. Que son nutridas y con variedad.

Lo que conduce a la pregunta obvia: ¿cómo sería este campeonato si Verstappen y el RB19 nº 1 no estuvieran en competencia? Es un simple ejercicio que pretende subrayar la posibilidad de que haya una rica vida bajo del mar… en este caso, más allá del neerlandés.

 

 

El ejercicio es sencillo: remover a Verstappen de todas las clasificaciones puntables. Incluyendo los sprints y los récord de vuelta. Por ende, hacer subir una posición al resto. Y ver qué ocurre en ese caso.

¿Cultura de la cancelación? No, nada que ver. Simple curiosidad periodística, asociada con la sospecha de que lo que ocurre con el resto es digno de una atención más minuciosa.

En ese caso, los diez Grandes Premios del 2023 habrían tenido cinco ganadores distintos. ¿Más interesante, no es así? Sergio Pérez, pese a todo, sería el más vencedor, con cuatro triunfos. Fernando Alonso y Lewis Hamilton tendrían dos cada uno, con Charles Leclerc y Lando Norris repartiéndose los dos restantes.

Cinco ganadores distintos… ¡con cinco marcas diferentes!

Con ese esquema, el campeonato presentaría una clara diferencia respecto al corriente: habría una muy atractiva lucha por el título. Mirá:

1º (2º) Pérez                     186

2º (3º) Alonso                   173

3º (4º) Hamilton               155

4º (6º) Russell                   103

5º (5º) Sainz                     103

6º (7º) Leclerc                   96

7º (9º) Norris                     60

8º (8º) Stroll                      59

9º (10º) Ocon                    42

(Entre paréntesis, la posición real en el torneo 2023)

Por empezar, los tres líderes (Pérez, Alonso, Hamilton) estarían apretados por apenas 31 puntos, menos de lo que entrega un fin de semana con Sprint. Luego, Russell y los dos pilotos de Ferrari pelearían de cerca el cuarto lugar del torneo; más atrás, Norris ya habría dado cuenta del escaso Stroll.

No hay muchas variaciones en posiciones en el torneo, pero sí en la manera en que se aprietan en la tabla. En el certamen actual, entre Pérez y Hamilton hay 35 puntos, más de lo que da una carrera. Lo que interesa es entender que esa lucha, con Alonso incluido, está planteada en este torneo.

¿Pelean por el título? No, porque Max ya lo hipotecó. Pero atender esa disputa (exacerbada en estos momentos por la reciente racha de malos resultados del mexicano en las clasificaciones sabatinas) puede entretener un poquito más que dejar de ver las carreras hasta que Max se harte de ganar.

La TV británica se centró en Silverstone en el combate palmo a palmo entre Norris y Hamilton por el segundo lugar. Se olvidaron de Verstappen. Y disfrutamos entonces de un final muy atractivo.

Que el árbol no impida ver el bosque. RedBull está invicto este año, pero otras cuatro marcas abrevan en el podio con pretensiones de victoria. Eso agrega un interés a las carreras que no todos ven.

Eso se da porque salvo el RB19, que se adapta a la perfección a cualquier tipo de circuitos, los otros coches –el AMR23, el W14, la SF23 o el MCL60- van y vienen de acuerdo a cómo sus características básicas (más o menos downforce, más o menos drag, más o menos potencia) se adaptan a cada dibujo. Por eso suben y bajan: no porque se “caigan” pilotos o equipos, sino porque las pistas del calendario suelen serles más o menos favorables.

Cuando el fanático advierte eso, interpreta más adecuadamente los resultados y, entonces, probablemente, la Fórmula 1 vuelve a interesarle. 

Que de eso se trata.

 

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1 COMENTARIO

  1. Sin llegar a tu grado de análisis, como siempre soberbio, intuitivamente se me daba mirar las carreras olvidándome de max, su atractivo se agota en ser un conjunto hombre/máquina casi perfecto, pero en la carrera los que brindan una hora y media de show, son el resto, mas «humanos» con máquinas menos perfectas.

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